Cuando yo era chico las clases comenzaban la primera semana de marzo y terminaban la primera semana de diciembre. Teníamos un feriado largo para Semana Santa y las vacaciones de invierno las dos últimas semanas de Julio. El día lunes se realizaba inicio de actividades donde formábamos todos los cursos y cantábamos el Himno Nacional fuerte y con orgullo. Las Fiestas Patrias se celebraban el mismo día y si era domingo comenzaban el viernes para celebrar aún mejor.
El Profesor entraba a la sala y automáticamente nos poníamos de pie. Y esperábamos el saludo y la autorización que venía: “Tomen asiento”. Había algo raro también, los profesores nunca se enfermaban, no recuerdo que faltaran dos días seguidos y si así ocurría nos dividían en grupos con los cursos en las otras salas y lo pasábamos chancho o venía el Inspector (a) General a estar con nosotros, sino las tizas y los borradores volaban por la sala, jajajaja.
Si el Profesor te retaba, no te convenía decir nada en tu casa porque seguro te volvían a retar y te daban un castigo. Ni la lluvia impedía faltar a la escuela, porque era como tu segunda casa, daban ganas de ir. Al Profesor se le respetaba, era como si te retaran tus propios padres.
Los hombres iban con el pelo cortito (regular largo o regular corto), las mujeres con su pelo tomado.
Había dos recreos, uno cortito y el largo de 25 minutos donde hacíamos la fila para el almuerzo y algunos llevaban colaciones que uno miraba y se veían riquísimas (pan con mantequilla, chancho o frutas). Los profesores tomaban café en la cocina y nos cuidaban en el recreo aunque ya sabíamos lo que podíamos hacer y lo que no.
Los que peleaban sabían que afuera se iban a encontrar y todos los otros mirando a su alrededor.
Y las peleas eran con nobleza y a puño limpio.
Era un honor llevar y traer el Libro de Clases, buscar el mapa mundi en la Dirección o ir a pedir tiza.
Nos turnábamos para borrar la pizarra y sacudir los borradores y era un honor llegar temprano para ayudarle al Auxiliar del Aseo a ordenar la sala o prender la estufa con las que se calefaccionaban algunas poquitas salas
Los chismes eran al otro día y siempre todos tenían un mejor amigo (a) en donde la loca (o) del curso eran solo uno (a) en donde te ponías nervioso (a) cuando te miraba o te hablaba el niño (a) que te gustaba.
Y los niños y jóvenes respetábamos a todos los mayores sin distinción solo por ser mayores.
No sé cuándo los profesores pasaron a ser genocidas…cuando los profesores comenzaron a enfermar para necesitar suplente y la suplente otra suplente etc. Desde cuando los padres golpean a los profesores o desde cuando los mismos alumnos sacan su furia contra ellos, no sé cuándo se perdió la Escuela como institución y los Profesores como Maestros de Enseñanza.
Si esto es el progreso …perdón señores, pero no lo quiero.
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