Por: Juan E. Easton H.
En la desesperación de ver el maltrato a esta disciplina y a varios de sus cultores, especialmente a los más nuevos, a las damas y a algunos que les pasan la cuenta por algo, había dejado de escribir esta columna y sin darme siquiera cuenta ya han pasado 30 meses.
¿Qué ha sucedido en la Rienda en este largo período?
Harta agua bajo el puente en este lapso, bueno y malo y voy a partir con lo primero. Hay un crecimiento evidente, en calidad y cantidad de competidores y caballos, en todas las categorías. Para que hablar de la nueva categoría infantiles, que debutó en el Clasificatorio de Lautaro y siguió en Rancagua. El único exponente, Bernabé Hott ( Cachorro), nos sorprendió a todos. Nunca pensé ver a un niño mover a la Rienda en un gran escenario con esa calidad y desplante. Generalmente a los niños se les aplaude e incentiva aunque lo hayan hecho solo más o menos, pero en esta ocasión muy lejos de eso, la actuación en referencia fue impensadamente extraordinaria. Naturalmente que fuera de su capacidad personal, detrás hay un gran maestro que es “Pepe Soto” y quien le encontró y preparó un caballo en que el muchacho se lució ante un país entero y que dejó a medio mundo atónito e incrédulo. Reconozco que en Rancagua me puso muy nervioso el pensamiento de que tal vez se podría achunchar y no repetir su gran presentación de Lautaro, pero no fue así, repitió a lo grande demostrando su gran clase. Espero que estas líneas solo lo motiven a perseverar y a crecer con humildad, ya que tiene pasta para llegar a ser un GRAN CAMPEÓN.
Respecto a las damas, creo que han sido mal juradas, algunas más que otras, sin embargo el crecimiento de ellas como jinetes y competidoras ha sido inmenso en el último tiempo. Los detalles los tocaré en otra columna.
En la competencia de varones la cosa está cada vez más brava, prácticamente participan solo profesionales, con pocas excepciones, dentro de las cuales destaco a Pablo Campos de Santiago y a Camilo Bravo del sur (Cautín, Osorno y Chiloé), que pese a su 1.85mts. tiene solo 18 años y gran futuro deportivo.
Me sorprendieron gratamente dos jinetes que no conocía, de la zona central, Emanuel Silva (extra el potro negro) que a la postre sería el vicecampeón y no ganó solo porque entró un poco apretado y al principio le fueron esquivos algunos puntos y el jinete Carlos Moris en la yegua mulato-colorada CUÑADA, muy buena. La jura bien malita, como de costumbre, solo mejorada por la presencia de José Manuel Rey, excampeón de la especialidad y hombre que aparte de saber es confiable por su honestidad. No sé por qué los jurados juran jinetes y no pruebas, generalmente no tienen idea como jurar pruebas intermedias, solo las muy buenas y las muy malas y eso lo puede hacer hasta un niño. Si aparece un jinete medio desconocido, por buenas que sean sus pruebas siempre es perjudicado y un jinete con laureles, generalmente sus malas pruebas son mejor evaluadas. El día que los jurados ESTÉN SOLOS Y CON UNA PALETA QUE INDIQUE EL PUNTAJE, A METROS Y SIN HABLAR CON EL VECINO, LA COSA AL MENOS SERÁ MÁS JUSTA.
Existe en las juras una mezcla de ignorancia, soberbia y miedo que afecta perjudicialmente esta disciplina.
En referencia a los campeones de Chile, este último año me parece que sus triunfos fueron inapelables, especialmente en damas, Valentina Hernández en un gran nivel dos o más peldaños sobre las demás y el Negro Cortés muy bien en la yegua baya.
Hablando de los malos jurados me voy a ir al tema de la evaluación morfológica. Indudablemente que pueden haber algunas diferencias de criterio, es normal, pero de ahí a demostrar total ignorancia o animosidad hay mucha diferencia. Por ejemplo, a un jurado (evitaré dar nombres por el momento) se le ocurrió que el Potro “Sádico”, que mueve y es propiedad de mi hija, es feo y fuera de la raza y lo evaluó alguna vez con 1 punto y últimamente con 2. El potro “Sádico” tiene defectos como todo caballo, pero es precioso. Es chico, le falta la puntita de una oreja, pero es precioso y ha sido presentado impecablemente.
Este potro ha ganado sellos de raza en un rodeo y ha sido evaluado hasta con 5 puntos en Movimientos a la Rienda en Rodeos, generalmente con 4. Lo peor que como este individuo es antiguo en el sistema, otros jurados han hecho lo mismo, sin mirar al Potro sino solo repetir lo que ha dictaminado otro.
Otorgar 2 puntos en morfología es poner a ese caballar dentro del 40 % mas feo dentro de la raza y hasta un neófito puede darse cuenta que en este caso no es así.
Volviendo a lo más importante, creo que el nivel de caballos y jinetes ha subido una enormidad, al punto que hasta los jurados exigen una barbaridad en cada prueba, absolutamente desmedido a mi entender. Sin duda la Rienda internacional aplicada al caballo Chileno y su trabajo ha ayudado inmensamente a ello.